Objetos Poseídos_Primera Parte

Once y media de la noche, llegas a casa después de un largo día, casi interminable, te apetece darte una buena ducha relajante, que sin duda te mereces. Cuando sales, tranquilamente te dirijes a la cocina a prepararte algo de cenar, pero realmente no tienes hambre, el cansancio se va apoderando de tu cuerpo y tu mente te sugiere hacerte algo rápido de cenar e irte a la cama. Después de la cena te diriges a tu habitación, santuario del descanso,vas hacia tu cama y quitas como todas las noches los peluches de encima. Te acuerdas del que tienes encima del escritorio del ordenador, ese que te regaló un amigo tan especial y le miras a los ojos fijamente, como si te fuera a decir algo, lo haces todas las noches, manías de cada persona. Por fin en la cama, que a gusto. Dos y media de la madrugada, te despierta un ruido leve de fondo, extrañada alzas la cabeza con los ojos entornados, no distingues nada en la oscuridad hasta que la mirada se acostumbra a ella, la diriges hasta donde has escuchado el ruido, nada, todo en calma. Cierras los ojos e intestas dormirte, pero ya no puedes, tienes algo en tu interior que te hace desconfiar de algo. Otro ruido, ahora levantas la cabeza mas rápido, no notas nada extraño, espera, el peluche que estaba en la mesa del ordenador ya no esta en su sitio, sino que esta en la mesita que tienes al lado del escritorio, donde los libros. En ese momento piensas que lo habrás dejado inconscientemente hay antes de irte a la cama, tu mente no le da importancia, he intentas reconciliar el sueño. Otro ruido, este mas cerca, ya desesperada te sientas en la cama medio angustiada, miras en todas las direcciones y no ves nada, todo tranquilo y de pronto diriges tu mirada al peluche, extrañada y asustada te das cuenta que ya no esta en su sitio. Se abra caído, piensas, mientras intentas controlar esos nervios que se van apoderando rápidamente de ti. Cuando vas bajando lentamente, para volver a tumbarte, te das cuenta de que tienes el peluche en la mesita de noche, mirándote fijamente. Antes de saltar de la cama, en un segundo te das cuenta de que su mirada ya no es la misma, te mira con una mirada endiablada, quiere algo de ti y no va a parar hasta que lo consiga. Sales corriendo de la cama, pero alguna fuerza impide que habrás la puerta de la habitación, no puedes, tu angustia se convierte en pánico cuando al girarte bruscamente, descubres que el peluche lo tienes detrás de ti. Intentas abrir la puerta como sea, tienes que salir de allí, pero esa fuerza invisible no te deja y notas como alguien te agarra de la pierna y te tira al suelo bruscamente. A gritos pides ayuda, pero cuando diriges la mirada hacia él, descubres que tu peluche esta totalmente cambiado. Con un rostro diabólico y cruel intenta arrastrarte hacia la oscuridad, mientras hace muecas con esa boca negra. Desesperadamente le das patadas para poder soltarte de sus garras, pero de nada sirve. Al final consigue lo que quiere, siempre lo hace...